sábado, 25 de abril de 2015

Sucre, la Bolivia colonial.


Tras permanecer mas días de lo esperado en Potosí, por fin pudimos continuar viaje hacia el norte de Bolivia.
Entre días festivos y días en los que estuve enfermo, (todos los síntomas apuntaban al dichoso soroche o mal de altura), por encima nos encontramos con días de huelga general en la ciudad.
Con todos los comercios cerrados y las carreteras y calles cortadas con barricadas, aunque eso sí, con una tranquilidad y una ausencia de polución en el centro que se agradecía paseando por las calles.
Aun así, queríamos irnos ya y seguir avanzando en nuestro viaje, ya que de las dos semanas que nos habíamos reservado para trabajar como voluntarios, una ya se había esfumado.

Nos aseguraban que hacia el final de la tarde, se levantarían las barricadas, por lo que podríamos coger un bus que nos llevara hasta Sucre, (25 bolivianos).
La opción de viajar de nuevo en bus, de noche por las temidas y oscuras carreteras del país a toda velocidad no nos convencía mucho, por lo que decidimos pagar el doble por viajar en un "taxi" compartido.
Sinceramente, no se qué opción hubiera sido mejor, porque después de ver cómo fuimos en un coche familiar, (lleno hasta la bandera, de gente y equipaje), no se si hubiéramos preferido ir en bus.
Estilo rally, es acercarme algo a definir la manera de viajar por aquí. Digamos que se nos vino a la cabeza mas de una vez el modo nepalí, adelantando por cualquier sitio, y de cualquier manera aunque, esta vez, con la carretera asfaltada afortunadamente. (pero sin ninguna farola que iluminara el camino).

Unas dos horas y media de viaje y con las manos bien sudadas, llegamos a Sucre a eso de las 9,30 de la noche. Justo para entrar en el hostal y descansar.
Pero... ZAS! Fiesta gringa nada mas abrir la puerta del hostal. Todo el mundo con cara de medio borracho, (vaso de plástico en mano), con una sonrisa de oreja a oreja e intentando pronunciar un "bienvenidos amigos" con un acento yanqui que apenas se les entendía...
Vamos, el panorama perfecto que uno se espera encontrar tras un viaje de este estilo, y, peor aun, con una diarrea que llevaba aguantando desde que salimos de Potosí.
Gracias a Dios, dos horas después, mi estado físico empezaba a mejorar y el toque de "silencio" se cumpliría a raja tabla ya que el grupo decidió continuar con la fiesta en otra parte.

Menos mal que, aun compartiendo baño, nos tocó una habitación limpia y espaciosa y, mejor aun, barata y bien localizada, para permanecer el resto de los días que pasaríamos en la primera capital que había tenido Bolivia, Sucre.

Fue a la mañana siguiente cuando empezamos a descubrir lo bonito que es esta ciudad.
Con multitud de edificios blancos, de urbanismo colonial y arquitectura republicana, que hace que sea Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Limpia, moderna(para ciertas cosas), activa, y a la vez con mucha gente joven y un buen ambiente que en pocas ciudades hemos visto.


Exposición de pintura en la Escuela de Dibujo.

Ciudad inundada de blancas casas. 


Dimos de casualidad, con un pequeño local para desayunar, cerca de nuestro hostal, donde todo lo que había expuesto, parecía casero. Y así era. Carmen lo hace todo a mano y cada día va sacando cosas nuevas. "Tabo´s Snack", así se llama su pequeño local en la calle Arenal.
Encima nos dio todo tipo de información para conocer la ciudad, como el restaurante Orígenes, al que iríamos a cenar esa misma noche.
Un restaurante (muy para turistas) donde pudimos ver todos todos los bailes folcroricos del país, en dos horas de actuación, mientras degustabamos una rica cena y una buena botella de vino local. (Aquí sí que nos podíamos permitir estos lujos).
Estupenda actuación por parte de los bailarines y de paso conociendo mucho sobre la cultura del país.
Cena de dos platos: 140 bolivianos + botella de vino 4,5 bolivianos.

Da gusto pasear por esta ciudad. Con los parques llenos de niños y jóvenes jugando a la pelota, a la goma o a juegos de grupo. Como recuerdo que eran los parques en España cuando yo era pequeño. Lo malo, la polución generada por la cantidad de coches y camiones antiguos que todavía andan en circulación.


Un día normal en una de las calles principales.


Uno de los lugares mas bonitos y tranquilos que vimos, fue el mirador de La Recoleta, con una edificación de arcos al mas estilo hispánico, desde donde se disfruta de unas vistas maravillosas de la ciudad. (Edificio fundado en 1601!).
Fue allí donde me liaron a jugar una pachanga de fútbol entre niños y comerciantes de los puestos de artesanía del lugar. Hacia tiempo que no me lo pasaba tan bien jugando al fútbol. Eso si, cómo se nota la altura en estos casos... No podía ni respirar!


Vistas desde el mirador de la Recoleta

Mirador de la recoleta en su interior.

Jugando una pachanga a 3,000 msnm.


Visitamos además algunos museos, como La Casa de la Libertad o tiendas de cultura indígena, donde se ve la gran labor de las mujeres indígenas de los alrededores de la ciudad.
Y pudimos disfrutar de menús, a una media de 2€ cada uno. Comida buenísima, abundante  y casera 100%.

Otro día decidimos conocer el cementerio, ya que nos comentaron era otro de los lugares típicos a conocer en la ciudad. Y cómo no, no quisimos perdernos sus mercados típicos, algo distintos a lo que estamos acostumbrados pero sin perder un ápice su esencia.


Zona de carnicería del mercado

Sección ropa, como bien indica.


Sección zumos, con todas las opciones posibles.


Da la casualidad que aquel viernes era la "noche de los museos" y pudimos visitar algunos museos o edificios importantes de la ciudad que normalmente permanecen cerrados al publico.
A destacar el Teatro Gran Mariscal y especialmente el Tribunal supremo de justicia, justo en frente del Parque Simón Bolívar. Precioso edificio de corte neoclásico donde nos fueron explicando su historia y funciones, a través de diferentes guías.
Aderezado encima con diferentes conciertos sinfónicos en distintos salones del edificio.
Fue una noche llena de ambiente, tanto dentro, como fuera de los lugares participantes de dicho evento anual. Donde destacó el bien estar de su gente, sin agobios ni enormes colas, con amigos y familia unidos compartiendo tan cultural noche.

Pero no queríamos abandonar Sucre sin visitar sus alrededores más famosos. Y de qué mejor manera que haciendo un trekking de 3 días alrededor del volcan que allí se encuentra.
Con tan buena fortuna, que dimos con una agencia sin ánimo de lucro que mucha parte del dinero de los trekking, va destinado a las aldeas que íbamos a visitar.

Pero esto ya será en la siguiente post.  ;)


Más fotos de Sucre:









Educación vial de forma divertida.


Fotos: Julen Esnal


domingo, 12 de abril de 2015

Potosí (Bolivia) y su triste historia minera.



Nuestro primer hostal en la ciudad de Potosí, no fue ni mucho menos uno de nuestros mejores hospedajes. Es mas, hasta los básicos hospedajes del altiplano boliviano, eran mejores que lo que tuvimos esa noche nada mas llegar.
Pero no tardamos en salir de ese antro y cambiarnos a un mejor hostal a tan solo una cuadra de donde nos encontrábamos; El hostal Carlos V.

Lo malo que, fue cambiarnos de hostal y empezar a sentirme más y más débil.
Dolor de cabeza, estómago revuelto, falta de oxigeno, corazón latiendo mas rápido, cansancio general... aparentemente los típicos síntomas del mal de altura. Aunque tampoco era de extrañar que fuera el cansancio acumulado. Por lo que tuve que pasar en cama 2 días apenas sin poder moverme.

Afortunadamente, al tercer día ya empezaba a mejorar y pudimos empezar a explorar la ciudad, (muy contaminada por cierto y con mucha basura) aunque muy lentamente, debido a la altura en la que nos encontrábamos, ya que Potosí, se encuentra a mas de 4000 msnm. Dicen, la ciudad mas alta del mundo. Por ello, todo lo que se haga, debe ser lento y tranquilo, porque hasta subir una cuesta o unos cuantos escalones, hace que se haga el triple de costoso.


Coches, buses y camiones esparciendo CO2 por todas partes.

Mucha basura, especialmente fuera del centro.


No pretendíamos quedarnos muchos días en esta ciudad, pero no nos podíamos ir de Potosí, sin visitar sus dos mas importantes y famosos lugares, La casa de la Moneda, y las minas del Cerro Rico.
Pudimos visitar la Casa de la Moneda al día siguiente. Por tan solo 40 bolivianos, un guía nos hizo un recorrido por todo el edificio, explicándonos con absoluto detalle toda la historia de Potosí, especialmente tras el paso de los españoles, y mas concretamente sobre el edificio y sus funciones. Impactante historia la que envuelve a este edificio.

La visita a las minas la tuvimos que dejar para dos días después, ya que nos cogieron días festivos de por medio. Por lo que uno de los días lo aprovechamos para ir caminando y conocer uno de sus miradores.


De camino hacia el mirador.

Buenas vistas, aunque sin poder subir al edificio.



Cuando pudimos hacer la visita a las minas, dio la casualidad que empezaron un par de días de protestas en la ciudad, algo así como una huelga general, (muy normales por aquí, según nos avisaron antes de entrar en el país), que hizo que cortaran calles con piquetes y barricadas. Algo que nos condicionó nuestro paso por la mina y nuestra salida de la cuidad al día siguiente.



Escombros que se aprovechan como barricadas.


Una vez que estábamos el grupo entero en la furgoneta (unas 12 personas seriamos), la primera parada antes de subir al Cerro, fue en el mercado minero. Una calle con multitud de pequeños establecimientos donde venden todo tipo de material para trabajar en la mina. Y cuando digo todo tipo de material, me refiero incluso a dinamita, pudiéndola comprar niños inclusive, sin ningún problema. (Precio 2€).
Tal y como nos comentó nuestro guía, ésta sería sobretodo una visita social, además de turística, donde veríamos trabajar a los mineros, pudiendo hacer fotos, pero a la vez, llevándoles algo que puedan necesitar allí arriba, como bolsas de hojas de coca, refrescos o incluso explosivos y detonadores. No es nada caro prepararles una bolsa como presente con el material que necesitan diariamente, ya que son ellos mismos los que deben costeárselo.
Tras esta primera parada, fuimos directos al almacén, donde nos proporcionaron los uniformes para entrar en la mina. Botas catiuscas, pantalones y cazadora impermeable, casco y linterna. Ahora sí estábamos listos para ir al Cerro.


Coca y cigarros (izq) y dinamita y detonadores (dcha).


Al no poder acceder a la mina prevista por los numerosos cortes de carretera, tuvimos que desviarnos y entrar por otro lado al Cerro Rico. De casualidad la cooperativa que llevaba aquella mina, estaba de celebración anual, por lo que si queríamos ver a mineros trabajando, tendría que ser en otra, no habituada a turistas. Todos decidimos continuar de igual manera sabiendo los riesgos que eso podría acarrear.
El guía nos avisó que sería una mina muy "rápida", en el sentido que las vagonetas que salen y entran van muy rápidas y por tanto muy peligrosas, ya que no están acostumbrados a recibir turistas, por lo que deberíamos permanecer callados y el grupo unido en todo momento, obedeciendo las indicaciones del guía a rajatabla.

Sólo ver la entrada a "La Negra" (así se llamaba la mina), impactaba.
Aprovechamos a entrar a la misma tras una vagoneta, la cual nos iría abriendo paso en el angosto túnel.
Acordándome de mi paso por los túneles de Cu Chi en Vietnam, esta vez decidí permanecer el último para llevar mi claustrofobia de una mejor manera. No quería verme de nuevo, estancado en medio de una fila de turistas.
Pero si ya de por sí, la altura donde se encuentra el cerro hace que nos faltara oxigeno, imaginaros en medio de ese oscuro y reducido túnel.
De nuevo caí en la trampa y mi cuerpo empezaba a jugarme una mala pasada. A falta de oxigeno, intentaba respirar de una manera más fuerte, lo que hizo que empezara a hiperventilar temiendo desmallarme en cualquier momento. Pero tras 300 metros, por fin llegamos a un lugar algo más espaciado, donde el techo eran algo mas alto, y podíamos dejar espacio para que pudieran pasar las vagonetas.


Ésta era la reducida entrada a La Negra.



Hasta aquí había llegado mi ruta por las minas. Me daba la vuelta junto con algunos más del grupo. Pero nuestro guía nos tranquilizó, diciéndonos que esa había sido la peor parte, y que los siguientes 300 metros serian mas espaciosos. Sin dejar de masticar coca, me armé de valor y continué con el resto del grupo, dejando a tan sólo al más alto del grupo sentado en aquel lugar intentando recuperarse. (Aparentemente los más altos son los que peor lo pasan por tener que agacharse más).

De nuevo en el angosto túnel me cagaba en el guía, ya que el camino no había variado mucho de tamaño; Aunque sí es cierto que tras 100 metros, el túnel se hizo algo más alto, que no mas ancho. Aun así la sensación de claustrofobia iba desapareciendo.
Mi objetivo era llegar a "El tío", el Dios de la mina, (el cual se encontraba a unos cuantos metros más adelante, en el siguiente "refugio"). El Dios al que todos adoran al terminar su jornada, ofreciéndole alcohol (de 96 grados que no pude ni probar), cigarros y hojas de coca en plan ritual.
Y lo conseguí. Hasta allí pude llegar superando algo más mi trauma; Viendo por fin al "Tío" (una estatua a tamaño humano de un reconocible diablo), recubierto de presentes.
(No tenemos ninguna foto dentro de la mina aunque éstas pueden ayudar algo a conocer algo más del inteiror).

Y no sólo eso. Hasta pude adentrarme unos cuantos metros mas, desviándonos del túnel principal, para ver junto con el resto del grupo, otra sección donde se encontraba un hombre (con una inmensa bola de coca en la boca), trabajando con un motor, junto a un pequeño agujero en el suelo. 
Allí debíamos permanecer aun más en silencio, ya que el resto de sus compañeros, permanecía a 80 metros bajo tierra (!), y era él, quien debía proporcionarles todo lo que necesitaban con ese pequeña grúa. (Y suerte que tenían éstos mineros, ya que los que no tienen dinero para tener grúa, deben bajar y subir por cuerda o a pulso!).

Hasta 800 metros en total, nos acabamos adentrando en el interior de la mina, para conocer una ínfima parte del espantoso trabajo que deben desarrollar esta gente en este inmenso queso Gruyere en el que se ha convertido esta montaña de Cerro Rico.
Mal pagados, en condiciones insalubres, y sabiendo que sus probabilidades de vida no asciende a mas de 10/15 años tras entrar a trabajar a la mina. 
Que si trabajan niños? Sí. Desgraciadamente siguen trabajando unos 100 niños a partir de los 12 años. (Y antes era aun peor, con muchos mas niños y de hasta 8 años de edad).


Terminado el recorrido pudimos hablar con uno de los mineros.


Todavía no entiendo, cómo en medio mundo podemos pagar precios astronómicos por ciertos minerales (Oro, plata, etc.), que los mineros sacan por una media de 100 bolivianos al día (10$), arriesgando su vida en cada momento.

A mi parecer, es algo obligado de ver si se pasa por esta agradable y apacible ciudad de Potosí.

Más fotos de nuestra estancia en Potosí:


















Aquí os dejo un impactante documental de TVE2 sobre las minas de Cerro Rico.

Fotos: Julen Esnal


domingo, 5 de abril de 2015

Curiosidades de Chile




- La bandera Chilena es conocida como la "estrella solitaria" y fue adoptada oficialmente en 1817.

-Chile es un país realmente largo, con 4270 km de longitud, aunque estrecho, con 445 km en su lado más ancho, llegando a tan sólo 90 km en su extremo más estrecho. Esto es conocido como el "Chile Continental".
Aunque Chile también comprende la parte "insular" con un conjunto de islas donde se encuentra la famosa Isla de Pascua, localizadas en la zona de la Polinesia;
Y por último el "territorio Antártico"situado en dicho continente y que Chile reclama hasta el mismo Polo Sur.
Por ello, Chile se define a sí mismo, como un país tricontinental.

- Con una población estimada de 18 millones de habitantes, Santiago de Chile es la capital, con más de 6 millones de personas (!). (Menos del 5% de la población es indígena, mayormente mapuches).

- La legua oficial es el castellano; Aunque aun se hablan lenguas indígenas, como la mapudungunen que hablan los mapuches, o el aimara y el quechua que se habla en las zonas limítrofes a Bolivia y Perú.
En "la calle" existen multitud de palabras o jerga diferente al castellano, las cuales se van aprendiendo sobre la marcha.

- Lamentablemente nos vamos con una sensación de ver un país muy sucio. No notamos ni un ápice de educación medio ambiental.
Se salvan por suerte, (que hayamos visto), zonas como San José del Maipo y Valle del Elqui donde no se ve apenas basura.
Esperamos que más que una crítica negativa, éste comentario sirva para empezar a cambiar conciencias.


Basura y escombros. (Alrededores de Coquimbo)


- En Chile las bolsas de basura se dejan colgadas en árboles, verjas o postes de luz para que los perros no lleguen a alcanzarlas y desperdiguen toda la basura, como hemos podido comprobar en más de una ocasión.

- Hay cientos de perros abandonados campando a sus anchas y en plan manada por todos lados. Especialmente en grandes ciudades. Diría que es sucio y hasta "peligroso" en ciertos sentidos.


Calles de Valparaíso

Perros abandonados disfrutando de la playa.


- Es increíble el consumo de bebidas gaseosas en este país. No hay almuerzo que se precie sin su correspondiente botella de plástico. Las cuales la mayoría de las veces acaban rodando por muchos lugares del país. Compañías como "ya sabemos cual" se debe estar frotando las manos.

- Escribimos varios e-mails a dicha compañía para colaborar ya que vimos que estaba involucrada en varios proyectos medio ambientales en países como Chile, Bolivia o Perú. Nunca nos contestaron.

- En lugares donde ha fallecido alguna persona por accidente de tráfico no sólo ponen un ramo de rosas, sino que acaban montando hasta pequeños santuarios.

- De lo que algo pueden estar satisfechos los chilenos es del transporte de autobuses de carretera. No he visto en ningún país de Europa tanta profesionalidad. (Y menos en España).
Un conductor + 1 azafato turnándose, etiquetado de maletas, límite sonoro de velocidad, autobuses en perfecto estado, ...

- Por el contrario, cuenta también con un transporte de micro, (micro-buses) los cuales hay que temerlos; Por la velocidad a la que van y el estado en el que se encuentran.
Son micros privadas, (y hay a montones) por lo que cuantos más pasajeros recojan, más gana el dueño; Se llegan a montar auténticas carreras entre ellos para ver cuál llega antes a la parada.


Dando la "tabla de tiempos" al conductor.


- También existen los llamados "colectivos"; Taxis que transportan más de un pasajero con diferentes destinos, compartiendo una misma ruta. Da igual lo apretado que vayas dentro. Si hay que apretarse, se aprieta... incluyendo cualquier mercancía que se porte.

- Hay gran cantidad de minusválidos pidiendo en la calle. Especialmente invidentes que no reciben ni una mísera ayuda por parte del estado.

- Sabías que los bomberos en Chile son voluntarios? Sí, VOLUNTARIOS!. Personas que arriesgan sus vidas para salvar otras, aun no tienen ni sueldo. Los coches o camiones que utilizan, pueden ser de distintos colores e incluso con rotulaciones en diferentes idiomas al español ya que son cedidos por países como Italia, Alemania, Francia....

- A los chilenos les gusta la fiesta más que a los españoles (que ya es decir). Cualquier excusa es buena para hacer un asado, celebrar y tomar (beber).

- En ciudades como Valparaíso se ve y se respira revolución, arte callejero y creatividad por todas partes.


Películas recomendadas:
No, Machuca, Taxi para tres, Gloria, Tony Manero,


Música:
Cuecas (género musical y baile típico chileno), Los Jaivas, Ckachi Causama, música floklórica.

Más imágenes de Chile:


Calles de Valparaíso.

Vendedor ambulante (Alrededores de Valpo).

Venta de periódicos en los semáforos (La Serena).


Calles de La Serena.


Moai del Museo arqueológico de La Serena.

- Aquí os dejo un interesante artículo sobre los Moais en la Isla de Pascua.

- Ésta es la ruta que hicimos por el país, desde que aterrizamos en el aeropuerto de Santiago provenientes de Sidney, hasta San Pedro de Atacama donde nos adentramos en Bolivia por medio del Altiplano Boliviano.


2289 Km son los kms aproximados que recorrimos en Chile según Google.



Fotos: Julen Esnal
Mapa: Google Maps