viernes, 5 de diciembre de 2014

Cuidado! OVNIS. Bienvenido al Valle del Elqui.


En algún momento teníamos que dejar el estupendo hostal de La Serena para continuar nuestro viaje. Y de verdad que nos costó dejarlo por lo agusto que estuvimos.
Próxima parada, el tan comentado por muchos viajeros, Valle del Elqui, en la zona de Paihuano, en la cuarta región.

Cogimos una micro en la estación de buses de La Serena hasta Pisco Elqui, último pueblo hasta donde llegan las micros en este precioso valle. Unas 2 horas es lo que se tarda aproximadamente, viendo una transición de grandes montañas repletas de cactus, tornándose en inmensos viñedos segun llegábamos a Pisco Elqui.
Allí reservamos previamente, una habitación doble en el Hostal San Pedro. Un apacible y tranquilo hostal dirigido por Santiago, un hombre de 60 años que aun conserva su larga y canosa melena. Un eterno viajero que se ha recorrido medio mundo a lo largo de su vida.


Entrada al hostal San Pedro.

Jardín del Hostal San Pedro con un entorno espectacular.


"Un oasis para los sentidos", es lo que llegué a leer en alguna ocasión sobre el Valle del Elqui. Y tras permanecer allí unos días, debo decir que lo fue.
Un tranquilo lugar escondido entre las montañas, donde se puede disfrutar de la naturaleza y descansar a partes iguales.
Con grandes terrenos de viñedos, casas hechas de adobe y los cielos mas despejados del hemisferio sur, segun dicen.

En medio de la hermosa geografía del valle de Cochiguaz se encuentra el epicentro del misticismo y terapias alternativas. Debido a que este lugar sería fuente de energías sanadoras, es fácil encontrar centros de hospedaje con terapias alternativas como reiki, meditación y masajes. Aquí fue donde oimos hablar por primera vez sobre la apiterapia (acupuntura con abejas).
En los distintos rincones del Valle del Elqui se han instalado a vivir muchas personas que intentan tener una vida más saludable y cercana a la naturaleza, lejos del ajetreo de las ciudades. Volviendo a la agricultura orgánica e incluso al trueque en muchos casos.

Se respira un ambiente especial en este valle. No se si por la gente, la tranquilidad o la energía que desprende este lugar; Un polo energético, dicen, lo que lo hace además tan propenso para la aparición de objetos volantes no identificados (OVNIS). Todas las personas con las que hablamos del tema ha visto más de una vez algo relacionado con esto.

El hecho de no llevar vehículo propio dificulta considerablemente moverse por todo el valle pudiendo visitar los numerosos pueblos de la zona; Aunque existen otras alternativas para hacerlo.
Nosotros elegimos hacerlo de una manera más... natural y barata, por lo que alquilamos un par de bicis para acercarnos hasta el pueblo de Horcón, a unos 10 km de distancia, y conocer este famoso pueblo artesano.

Buscando siempre una sombra.

Un perfecto alto en el camino antes de llegar a Horcón.

Entrada al pueblo de Horcón.


Lo hicimos sin prisa, parandonos en diferentes lugares donde podiamos hablar con lo locales, quienes nos iban descubriendo tan apacible entorno.
Tras un tiempo por aquí, nos chocó un pequeño gran detalle. La ausencia de basura en todo el valle!
Es muy agradable poder disfrutar de un entorno así sin la presencia de basura por todos lados tal y como empezábamos a estar acostumbrados. Y yo me pregunto: Por qué aquí no? Más bién se lo podían preguntar los dirigentes de otras zonas de Chile y copiar tan efectivo modelo.

El pueblo de Horcón no es más que una pequeña y pintoresca aldea, conocida por su "poblado artesanal". Un lugar hecho para albergar a todos los artesanos de la zona.
Largas conversaciones las que nos echamos con algunos de ellos y con quienes teniamos muchas ideas en común. Nos hubiéramos podido pasar horas hablando y viendo un montón de productos hechos natural y artesanalmente. Sin duda vale la pena visitar y valorar el trabajo hecho a mano que tanto se está perdiendo en los tiempos que corren.


Cuadro de una de las casetas.

Arte en cada esquina del poblado.


No muy lejos de allí, aunque un poco perdido de todo, nos encontramos con un pequeño restaurante, "Las Terrazas", donde conocimos a Diego, un simpático joven local con el que nos dejamos aconsejar sobre qué comer típico de la zona y que tanto disfrutamos con esas estupendas vistas al valle.

Ya de vuelta, lamentablemente no pudimos visitar la destilería de pisco más antigua de la zona y que tanto nos recomendaron por la hora que era ya que hacen visitas guiadas sólo a ciertas horas.


En la destilería más antigua de la zona.


Terminamos agotados de tan intenso día, pero aun con fuezas para salir un rato por la noche y tantear los precios de los observatorios astronómicos tan conocidos por la zona. Tras reservar uno para el día siguiente, no me quería ir del centro del pueblo, sin descubrir de donde provenia la música en directo que tan bien sonaba. "El Recuerdo", un fantástico local con un mejor patio, donde tras una buena hoguera central, tocaba un grupo de indi-rock extranjero rodeado de unos cuantos viajeros, la mayoría extranjeros.
Perfecta excusa para probar la "michelada" (cerveza con limón y sal) y disfrutar de tan buen ambiente.
Por encima allí ví aparecer a Santiago, el dueño de nuestro hostel con quien pasamos un buen y largo rato hablando de su vida, su trabajo como artesano del cuero y su paso por Europa, más concretamente por Madrid en la famosa época de la "movida madrileña" cuando era un chaval aprendiendo del mundo... Gran tipo Santiago.

Al dia siguiente nos lo tomamos muy de relax descansando y recargando las pilas que tan bien sienta en este tipo de viajes.
Por la noche nos esperaba lección de astronomía.
Santiago nos acercó a nosotros y otros chicos que se hospedaban en el hostel, hasta lo alto de una montaña donde se encuentra el observatorio astronómico "Cielo Sur". Con una breve introducción y equipado con un telescopio de 16 pulgadas, descubrimos y conocimos  la inmensidad de la galaxia.
La "pena" fue que nos tocó un día de luna llena, con lo que fue más dificil detenernos en cada punto a observar. Por el contrario, nos llevamos esta foto que tan bien capto el telescopio en el movil de Sabri.
Después de tan hermosa vivencia, no concibo venir hasta esta región de Chile y no vivir esta experiencia.


Imagen de la luna con el telescopio del observatorio.


Observatorio "Cielo Sur".


Después de 2 dias en este valle, (podríamos haber pasado más días auque hubiera sido mejor disponer de un coche), volvimos a coger la micro hasta La Serena para desde allí continuar viaje hasta el desierto más seco del mundo, El desierto de Atacama.



Sabri en la micro de vuelta hacia La Serena.

Mas fotos de Valle del Elqui:


Pequeña iglesia de Horcón.

Unos 25 km lo que terminamos haciendo en bici.

Iglesia de Pisco Elqui.

Un lugar mágico para visitar sin duda.


Fotos: Julen Esnal


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